Según un estudio publicado en la Universidad Central de Lancashire, no. El trabajo ha medido el rendimiento de nuestra mente en cuatro situaciones distintas: personas que escuchaban música con letra de un idioma extranjero; otras que oían música en su propia lengua; otras que escuchaban melódica y, finalmente, un grupo que estaba en silencio absoluto. En todos los casos, salvo en el del silencio, la música distraía de alguna forma a las personas durante el proceso de creación. Y el peor rendimiento se observaba cuando las personas estaban expuestas a una música de la que conocían la letra, aunque se apreciaron mejoras en el estado de ánimo. Sin embargo, no hubo una diferencia significativa en el desempeño de las tareas verbales entre las condiciones silenciosas y las ruidos de una biblioteca
Pero hay algunos condicionantes en su trabajo que provocan que desde el Institut Català de Musicoteràpia, Nuria Escudé y Fabrizio Acanfora cuestionen estos resultados o, al menos, sugieran la necesidad de considerar también otros factores antes de denostar el papel de la música de fondo para trabajar. “El estudio en cuestión parece tener una limitación bastante grande: el test que se ha utilizado para medir la creatividad de los sujetos parece poco eficaz a la hora de medir un componente fundamental de la creatividad, lo que en inglés se define como divergent thinking ”, advierten.
"El trabajo solo ha tenido en cuenta el pensamiento convergente, el menos creativo”
En este sentido, desde el Institut Català de Musicoteràpia señalan que todavía debe estudiarse mucho sobre el tema, y hacerlo de forma más elaborada. “Para indagar sobre esto se requiere un abordaje más completo. Si lo hacemos, seremos capaces de intentar definir la relación entre dos de las actividades tan peculiares de nuestra especie como el pensamiento creativo y la música correctamente”.
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